Tres, dos, uno…

Ya pasé la mitad de la cuadra y veo que el semáforo está en la cuenta regresiva de 5. Si acelero lo suficiente, paso en amarillo; si acelero un poco más, quizás en verde. Y si mucho más, agarro la cuneta como vengo y termino estrellado contra algo o contra alguien.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLevanto el pie derecho y llego casi con el envión a la esquina, justo en el momento en que se pone en rojo. Ochenta y contando para atrás.
Tengo la opción de seguir mirando el contador. Encontrar el ritmo del conteo, cosa que lograré al cabo de algunos segundos. Un minuto veinte mirando el reloj, con la expectativa de que ocurra algún descuido, que después de un 25 en lugar de a 24 salte a 23 y mi espera habrá tenido un segundo de gracia. Qué hacer con un segundo de regalo en la vida.
